jueves, 22 de octubre de 2009

Visita a un pueblo rodeado de soja..


Fuente Observatorio del Glifosato.
Informe realizado por Mario Cócora, director de la revista El Expositor, de la ciudad de Junín, provincia de Buenos Aires.

Esta pequeña localidad rural en el partido de Lincoln no es ajena a lo que viene sucediendo en miles de pueblos de alta producción sojera. Sólo en los últimos cuatro meses han fallecido 14 personas de cáncer y habría una gran cantidad de habitantes del lugar sufriendo los avatares de los agrotóxicos. Pero como es común en todos estos mismos casos, las autoridades miran para el costado, las mega-ganancias van a parar a los más poderosos y los que sufren las consecuencias, al cementerio.

Bayauca es una localidad rural del Partido bonaerense de Lincoln, a unos 15 Km. de la ciudad cabecera y unos 38 km. de la ciudad de Junín. Fundada a fines de siglo XIX alrededor de su Estación Ferroviaria del mismo nombre, tuvo su gran auge en los albores del siglo XX. Actualmente cuenta con unos 400 habitantes, de los cuales 200 son jubilados y el resto realizan tareas agrícolas, comerciales y en lo que pueden legítimamente ganarse el pan de cada día.

Nosotros publicamos un excelente informe del doctor Darío Gianfelici titulado “Sepa cómo nos están matando”, en el cual este profesional con un coraje poco visto, con pruebas en sus manos, daba un grave panorama de lo que está ocurriendo en todas las zonas rurales donde se producen granos transgénicos de última generación, de esta llamada “gran revolución tecnológica” y a la cual habría que agregarle también dadas sus lamentables consecuencias, “necrológica”.

Hace unos 30 años atrás era excelente la idea de poder ir a vivir a un pequeño pueblo rural argentino, por su paz, aire puro, calidez de la gente, sabrosos embutidos caseros y la leche recién ordeñada. Esto hoy se ha transformado en una práctica casi suicida. Aunque por razones de intereses políticos, económicos y de seguridad laboral, pocos quieren hablar de esto, las consecuencias progresivas que desde hace unos diez años vienen trayendo el uso de pesticidas han creado graves problemas, no sólo en el deterioro del suelo y de su ecosistema en general, sino también en la salud de la gente.

Estamos en Bayauca, los últimos datos de fallecimiento por enfermedades cancerígenas son alarmantes. Poco a poco hablamos con sus habitantes, todos tienen mucho para contar, pero no quieren dar sus nombres ni que le saquen alguna foto. “Es por resguardo, vió” nos dicen, “tenemos que verlos todos los días”. Verlos todos los días, ¿a quienes?. A los dueños del pueblo, la empresa multinacional NIDERA y sus aliados criollos nativos del lugar. Ingenieros agrónomos, jerarquía, empleados, camioneros y autoridades municipales.

“Creo que el principal problema está en el agua que bebemos”, nos aclara un viejo bayauquense. Muchos soportan dolores intestinales luego de tomarla, tienen náuseas, diarrea y vómitos. Encontramos gente con enfermedades respiratorias, como asma y espasmos bronquiales. Otros nos enseñan partes de su piel afectada por una voraz dermatitis.

Bayauca está rodeada de sembrados de soja, solo soja, todo es soja. A fines de abril pasado terminaron de cosechar todo lo que había, entre medio de paros, protestas y 38 rezongos contra el gobierno. Donde estaba ubicada la vieja estación ferrocarrilera, hoy es “todo Nidera”, hasta el viejo galpón de encomiendas.

Pero angustiados, nos cuentan que desde fines de diciembre del 2007 hasta abril del 2008 sobre una pequeña población de 400 habitantes, hubo 14 muertos de cáncer. Hay una familia de apellido Loza que eran cuatro hermanos. Hace poco tiempo falleció uno de cáncer y los otros tres también tienen la misma enfermedad.

Los bayauquenses de mejor nivel adquisitivo pueden beber agua potable de bidones, pero hay mucha gente de escasos recursos o jubilados que solo llegan al día 15 de cada mes con sus magras asignaciones y se ven obligados a tomar agua de pozo.

La bomba con agua milagrosa

Dentro de la localidad hay una bomba mecánica, de aquellas viejas bombas de los tiempos de la abuela, que tiene más de 100 años de antigüedad. Era famosa por maravillosa agua que sacaba, casi milagrosa, decían algunos. Gente de todos los lugares venían con bidones y damajuanas para llevarse el beneficioso líquido. Hoy muchos aseguran que desde esa bomba solo sale “agua contaminada”.

Esto no es de dudarlo ya que el alto grado de poder de los pesticidas utilizados en la producción de los granos transgénicos, está comprobado que contaminan las napas del agua.

A pesar de estar en una zona de alto riesgo de contaminación tóxica de las napas de agua potable para una gran mayoría de la población, en la zona no hay ningún laboratorio químico que nos pueda dar una calificación y revelar el estado de ese vital líquido.

Por nuestra parte quisimos saber el estado del agua que bebe la población de Bayauca, por lo que tomamos una muestra de esa famosa “bomba milagrosa”. En primer lugar y ante la imposibilidad de realizar los exámenes químicos en la ciudad de Junín, la llevamos al Laboratorio del Instituto Sor Ludovica de la ciudad de La Plata. En ese lugar no tuvimos suerte alguna, ya que no analizan agua y menos “esta papa caliente”.

Entonces nos dirigimos al Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable de la Provincia de Buenos Aires (Calle 53 esq. 12 – Torre 2 – piso 8°- LA PLATA). En ese lugar hemos dejado asentado el pedido de análisis de suelo y agua y soñamos que algún día lo realizarán.

Es como si todo el sistema estuviese preparado para el rendimiento y ganancias de aquellos que hoy son los dueños de Bayauca y en contra del resto que sufre y es perjudicado por los agrotóxicos.

Sala de primeros auxilios de Bayauca

Por ese raro sortilegio de las cosas, la salud de los bayauquenses es atendida como se puede y con solo un médico que viene tres veces por semana, en una edificación ubicada detrás de la Estación de FF.CC, espacio de Nidera, y además, cruzando la calle una quinta donde se siembra soja.

Si algún habitante de esta pequeña localidad tiene alguna urgencia de salud, debe rezar para que sea en el día que le toca venir al médico desde Lincoln. Además, si los caminos están intransitables por lluvias, dado que esos 15 Km. que los separa de la 39 ciudad cabecera son de tierra, directamente solo le queda a la gente encomendarse a Dios. Pensar que pasaron tantos funcionarios y en más de 100 años que tiene Bayauca, jamás se pudo hacer el pavimento que los une a la ruta 188.

En Bayauca, sobran los Ingenieros Agrónomos para producir soja que alimentan los cerdos europeos y chinos y faltan médicos que salven o curen la salud de un solo bayauquense. Por eso siempre decimos que este capitalismo neoliberal que inventó y sostiene los agronegocios sojeros, ha transformado a la gente en “mercadería” y pocos se acuerdan que son vidas humanas.

La gente “inteligente y con éxito” siembra soja y hace negocios con Nidera, los que piensan en lo social, la justicia y la verdad son “perdedores” y además “peligrosos”. Es la mentalidad de soberbia y corrupción generalizada que conlleva a generar los problemas ambientales y de salud como los que hay en Bayauca. Es la famosa tecnología sin moral ni escrúpulos que gobierna el mundo y que además de estar arrasando con el planeta Tierra, ha dejado la secuela de 8.000 millones de hambrientos en todo el mundo.

El jardín de infantes

Frente a las instalaciones cerealeras y tóxicas de Nidera en la Estación FF.CC., cruzando la calle está instalado el único Jardín de Infantes de Bayauca, el N° 904. Inaugurado en 1979, actualmente alberga a unos 30 alumnos. Además del peligro para los niños del lugar por el tráfico de camiones cargados que entraN a las instalaciones de la cerealera acopiadora de granos (varias veces denunciado por los vecinos), existe el problema del tráfico de esos granos con efectos residuales de los pesticidas usados para su producción. Contando también -y esto es lo más grave aún – que al fumigar los sembrados de soja que solo están a 300 metros del edificio de este Jardín de Infantes, los niños son rociados por el líquido destructivo.

Esto es inconcebible, una inconciencia de quienes deben preservar la salud de esos niños que concurren ha dicho Jardín educativo. Nadie ha tomado remotamente conciencia de las consecuencias para los pequeños, como así también de quienes están a cargo del establecimiento. Esto es negligencia, mala gestión de gobierno, irresponsabilidad e indiferencia a la misma vida de la gente.

Los colonos de Bayauca

Históricamente los campos de Bayauca pertenecieron a familias de terratenientes al igual que millones de hectáreas en toda la pampa húmeda. No de gusto en 27 años (de 1876 a 1903) se repartieron 42 millones de hectáreas para criar ganado y agricultura entre 1800 familias patriarcales y de apellidos famosos. Bayauca no fue la excepción. En 1950, en pleno gobierno de Perón, en una tibia, pero al menos Reforma Agraria (única llevada a cabo en la Argentina), Bayauca recibió 150 nuevos propietarios colonos. Pero como lamentablemente ocurrió en la dura historia argentina, el pez grande se come al chico, hoy solo quedan unos 5 solamente de aquellos 150 pioneros.

En Bayauca ya no se crían pollos de campo, solo se produce soja y lo que más se vende es el glifosato, el 2-4-D, el Endosulfan y el viejo Paraquat, remozado con el nombre de Gramoxone, todos agente destructivos de la salud humana, el medio ambiente y que prometen suelos desertificados.

En resumen, es urgente tomar conciencia y movilizarse comunitariamente antes de que sea demasiado tarde, Bayauca ya lo está haciendo.

Todos saben que esa protesta no es fácil, dado que se lucha contra un “sistema perverso”, donde gente muy preparada, seduce y compra vidas en alianza para cometer sus objetivos funestos de enriquecerse a costa de contaminación humana y del ambiente, de la salinización de los suelos y la miseria de muchos.

Los bayauquenses como pobladores sencillos y humildes tienen alrededor una gran nube de poderosos miserables a los que nada les importa el pueblo. Solo ven a éste como una estafeta granaria y de servicios para sus intereses mezquinos. Hace unos días Nidera negó la ayuda de 500 pesos que le pidieron para la Biblioteca local para comprar una simple computadora. Esto pinta a las claras quienes son estos señores.

Bayauca tiene seis grandes estancias que la rodean, las cuales completan unas 30 mil hectáreas de extensión. Ninguna de ellas compra algo en el pueblo, ni siquiera el pan. Una de esas grandes estancias de unas 8 mil hectáreas, cuyo dueño es un menemista titular de la empresa aeronaútica comercial de ex-Lapa, lugar donde come asados muy seguido el intendente de Lincoln, manda todos los meses un camión con su basura a tirarla a Bayauca.




Ahora el "campo" se moviliza por sus ganancias....


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