lunes, 24 de agosto de 2009

¿Tu también Billy?-Billy Gates y la minería en la Argentina y Chile


Fuente Revista 23.


Por Tomás Eliaschev

Perdió 18 mil millones de dólares en medio de la crisis capitalista mundial, pero según la lista que elabora Forbes cada año, sigue siendo el hombre más rico del mundo, con 40 mil millones en verdes billetes. Este año, además, sufrió con el hundimiento de Polar Mist, el barco que cargaba el oro y la plata del yacimiento santacruceño Manantial Espejo, explotado por Triton, empresa de su propiedad que seguirá operando y generando ganancias libres de impuestos. Bill Gates, el mismo que revolucionó la informática y se enriqueció exponencialmente gracias a ella, jugaba despreocupado en Facebook mientras el naufragio era noticia en Argentina. Fueron tantos los que quisieron convertirse en sus amigos cibernéticos que el magnate cerró su cuenta. Es probable que el aluvión de invitaciones de la red social tuviera relación con la imagen que Bill supo conquistar: inversionista polifacético, creativo y genio benefactor a través de la fundación que dirige junto a su esposa, Melinda. Desde hace tres años es, además, uno de los multimillonarios que se interesó por las riquezas patagónicas. El episodio del Polar Mist permite conocer los mecanismos del negocio minero en el país, que roza la definición de saqueo.

El buque, lleno de oro y plata sin procesar, una carga valuada extraoficialmente en 20 millones de dólares, se hundió en enero en el Estrecho de Magallanes dejando un reguero de dudas sin contestar. El pesquero Polar Mist (en castellano, niebla polar) llevaba bandera chilena y 474 lingotes de oro y plata en estado de impureza. El cargamento fue recuperado, excepto un lingote. El metal estaba destinado a Suiza, donde sería procesado por Metalor Technologies y Argor Heraeus, dedicadas a la evaluación y refinamiento de metales preciosos. La vía de transporte marítima, con el peligro de surcar las aguas del Estrecho, permitía que las mineras Triton y Cerro Vanguardia –comandatarias de la carga– cobraran el reintegro por utilización de puerto patagónico, un beneficio que perdían si elegían salir desde Ezeiza. El valor declarado en Argentina fue de 1.700.000 dólares, pero versiones locales calcularon que el valor real oscila entre los 10 y los 20 millones de dólares.

La empresa Cerro Vanguardia pertenece a la sudafricana Anglo Gold Ashanti y al Fomento minero de Santa Cruz (Fomicruz), una sociedad del estado provincial. La otra, Minera Triton, es propiedad de Pan American Silver, una minera con sede en Vancouver (Canadá), en la que Gates tiene acciones. La mitad de la fortuna del hombre que popularizó el look nerd descansa en Cascade Investement –aunque la biografía que ofrece en la página de Microsoft no lo dice–, un holding de inversión que tiene participación en múltiples negocios. Nada le escapa: genética, siderurgia, aeronavegación, hotelería, comunicación, embotelladoras y petroleras son algunos de los rubros en donde se focalizó el genio de las computadoras. Por supuesto, también en la minería.

El yacimiento Manantial Espejo es uno de los lugares donde la compañía canadiense clavó sus tentáculos extractivos. La compañía está radicada en el centro de la provincia de Santa Cruz, entre la meseta y la precordillera, y a 55 kilómetros de Gregores. La planta, inaugurada en marzo por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tuvo un debut complicado: desde sus comienzos recibió críticas de vecinos y ambientalistas por la explotación a cielo abierto, un método ampliamente cuestionado por su efecto contaminador. La Agencia periodística OPI Santa Cruz reveló que Minera Triton guardaba el cianuro a la intemperie. Francisco Muñoz, uno de los encargados de la agencia, reveló a Veintitrés que “pocos medios en la provincia se animan a hablar del tema, pero todos saben que casi no se controla la actividad y que las empresas obtienen fabulosas ganancias a cambio de prácticamente nada”.

La construcción del yacimiento se inició en 2004 con una inversión anunciada de 120 millones de dólares. Hasta ahora la cifra aplicada es de 240 millones de pesos y se estima que para todo el proyecto se requerirán 460 millones más. Aunque el número total supera el previsto, es justo aclarar que las empresas mineras realizaron sus planes de negocios pensando en un valor internacional de 250 dólares la onza de oro. La cotización en los primeros días de agosto fijaba el precio en 948 dólares.

Actualmente Triton funciona a su máxima capacidad, con 450 operarios permanentes y anuncia el procesamiento de 2.000 toneladas de roca por día. La empresa calcula que la vida de la mina, con las reservas que hay probadas, es de nueve años. La veta, básicamente de plata, tiene vestigios de oro: se estima que cada lingote contiene un 1,5 por ciento del dorado metal. Con esta producción, la Panamerican Silver pasó a ser la primera productora mundial de plata.

Desde Santa Cruz, distintas voces reclaman información y que se controlen las actividades de las mineras. Pablo Lagallé, vecino de Gregores (de siete mil habitantes), se presenta como “cantador, escritor y conservacionista patagónico”; es uno de los pocos habitantes de la zona que no compró espejitos de colores: “Hasta la llegada de las minas, dependíamos de la administración pública. Cuando se radicaron Mina Marta, de COEUR, y Minera Triton, nos dijeron que la situación y las oportunidades cambiarían. Todos lo creyeron. Con su poderío y promesas encantaron a la población. Hubo aires de reactivación, pero con la producción en marcha, las compras de las mineras se desviaron hacia otros puntos del país”. El hombre, que tiene una estancia y es un conocedor de la naturaleza, se amarga porque ya se nota “la disminución en la provisión y calidad de agua”.

Desde la Asamblea ciudadana de Río Gallegos, Eduardo Delia explica que ante la falta de controles oficiales realizaron una visita a Cerro Vanguardia y programan ir a Minera Triton, ya que “las empresas terminan controlándose a ellas mismas. Nadie verifica los niveles de contaminación ni cómo se afecta el recurso hídrico”.

La diputada provincial Nélida Ricci, de la Unión Cívica Radical, se queja por los beneficios que goza esta actividad. La ley de inversiones mineras (la 24.196) establece la devolución del 21% de IVA, la exención en retenciones a las exportaciones y el pago de regalías de hasta un tres por ciento. Ricci presentó un proyecto para que el impuesto alcance un mínimo de tres por ciento, pero no fue aprobado. “El oficialismo tampoco quiso aceptar un proyecto para que las empresas paguen un impuesto destinado a un fondo para la comunidad; no hay controles de contaminación; ni información oficial sobre cuánto pagan por regalías o por el agua, si es que pagan. Presentamos cantidad de pedidos de informes, pero sin éxito”, se queja.

Quizá haya que recorrer, en minería, un camino similar al que transitaron sus competidores en el rubro software, donde sólo luego de cientos de denuncias lograron llevarlo a juicio por monopolio. Una práctica que no se da en esta actividad que, de todas maneras, le presenta algunos escollos al verde y amigable Bill.

Los trabajadores de la planta de San Ignacio de Morococha, en Perú, otra de las exitosas inversiones de la Pan American Silver –que el año pasado produjo 40.000 toneladas de zinc–, realizan huelgas desde principios de año en reclamo del pago de salarios atrasados. En Bolivia, los trabajadores fueron un poco más lejos. En mayo pasado, hartos de los abusos de los gerentes, que interferían con la vida gremial e imponían extenuantes jornadas laborales, los obreros del yacimiento de San Vicente, también de la Pan American Silver, decidieron tomar la planta y retener a los ejecutivos de la firma. Luego de seis días, llegaron a un acuerdo y los liberaron con la condición de que cesen los atropellos.

Sin embargo, el escándalo mediático más importante que hubo de enfrentar Gates fue el que desató un explosivo artículo de Los Angeles Times, en el cual se relataba como la Bill & Melinda Fundation intervenía en Nigeria de una manera perversa: por un lado, efectuaba donaciones para investigar una vacuna contra la polio y el sarampión, y por otro, invertía en la petrolera Eni y otras compañías, responsables directas de la contaminación en el delta del Níger, responsable de una epidemia de bronquitis entre los adultos y asma y visión borrosa entre los niños.

En Minera Triton, hasta el momento, no hubo conflictos serios, pero en el pueblo ya hay malestar por tres razones: los empleos generados no son mayoritariamente para los vecinos de lugar; se empieza a sentir la contaminación en la zona y se registraron despidos por la crisis mundial. El multimillonario número uno, que se dice visitó de incógnito la zona, probablemente ni se mosquee ante estos alborotos. Tal vez la dimensión de su fortuna y la expansión de sus inversiones no le dan lugar a detenerse en los detalles.

Fuente Revista 23.


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