lunes, 10 de agosto de 2009

Sientific American-¿Pueden las empresas de semillas genéticamente modificadas controlar la investigación sobre ésos cultivos?


El artículo en el site de Scientific American en inglés.
No encontré una traducción completa de la editorial de la Scientific American sobre los transgénicos, si ud quiere traducirla al español, envíela a:

ppirataargentino#gmail.com
(reemplace # por @)



Más o menos lo que dice la editorial:

"Los científicos precisan pedir permiso a las empresas antes de publicar investigaciones independientes sobre plantaciones transgénicas. Es necesario terminar con esta restricción.

Los avances en la tecnologia agrícola -- incluyendo también pero no sólo, la modificación genética en cultivos alimenticios -- tornó a las plantaciones más productivas que nunca. Los agricultores producen más y alimentan a más personas usando menos tierra. Ellos también pueden usar menos agrotóxicos y reducir la cantidad de rotulaciones que provocan erosión. Y dentro de los próximos dos años, las empresas de tecnologia agrícola planean introducir plantaciones avanzadas desarrolladas para resistir a ondas de calor y a sequías, características de resiliencia que se tornarán cada vez mais importantes en un mundo marcado por los cambios climáticos.

Infelizmente, es imposible verificar si las plantaciones transgénicas de fato presentan la performance propagandeada. Esto es porque las empresas de tecnologia agrícola se otorgaron el poder de veto sobre el trabajo de investigadores independientes.

Al comprar semillas transgénicas, cualquer cliente es obligado a firmar un acuerdo que limita lo que puede ser hecho con las semillas (se instaló algún software recientemente, sabrá reconocer el concepto de acuerdo de licencia del usuario final). Los acuerdos son considerados necesarios para proteger los derechos de propiedad intelectual de las empresas, y ellos justificadamente prohíben la replicación de los mejoramientos genéticos que hacen a éstas semillas únicas. Pero las empresas de biotecnologia como Monsanto, Pioneer y Syngenta fueron más allá. Por una década sus acuerdos de usuarios están explicitamente prohibiendo el uso de semillas para cualquier investigación independiente. Bajo la amenaza de litígio judicial, los científicos no pueden probar una semilla para explorar las diferentes condiciones sobre las que ella prospera o falla. Ellos no pueden comparar semillas de uma compañía con aquellas de otra empresa. Y tal vez , lo mas importante, ellos no pueden examinar si las plantaciones transgénicas presentan efectos ambientales colaterales inesperados.



Las investigaciones sobre semillas transgénicas todavía son publicadas, claro. Pero solamente los estudios que reciben la aprovación de las empresas de semillas son aceptados para su publicación en periódicos científicos. En muchos casos, experimentos que recebieron un aval implícito de las semilleras para seguir adelante tuvieron posteriormente su publicação bloqueada porque sus resultados no eran positivos bajo la óptica de las empresas. “Es importante comprender que no se trata apenas de un rechazo general para todos los pedidos de investigación, lo que ya seria muy malo, sino de rechazos y permisos selectivos basadas en la percepción de las industrias sobre cuán ‘amigable’ u ‘hostil’ un cientifico en particular puede ser en relación a la tecnologia [de mejoramiento genético]”, escrebió Elson J. Shields, un entomologista de la Universidad de Cornell (EUA), en una carta a un representante de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, el órgano del gobierno estadounidense encargado de la reglamentación de los transgénicos en lo que incumbe a las consecuencias para el medio ambiente).




Hasta ahí una parte de lo que traduje del portugués, mi inglés no es tan bueno.

Si quieren enviar la traducción completa del artículo de la Scientific American

Ppirataargentino#gmail.com
(reemplace # por @)

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